
El sorteo de la Lotería de Navidad es una tradición en España esperada por muchos que da inicio a las fiestas de Navidad. Aunque existe una fuerte tradición de participar en el sorteo, para mucha gente es el único sorteo en el que participa en el año, merece la pena considerar el aspecto estadístico antes de invertir en décimos de lotería. En esta entrada se explorarán las razones basadas en la estadística que podría hacer reconsiderar la participación en este o cualquier otro sorteo.
Las probabilidades en juego
Comencemos con lo más básico: las probabilidades de ganar. La lotería tiene una probabilidad extremadamente baja de ganar un premio importante, por lo que en los sorteos existen premios menores para dar la impresión de que es posible ganar. En el sorteo de la Lotería de Navidad hay 100.000 números, por lo que la posibilidad de ganar el premio gordo es de 1 / 100.000, esto es un 0,001%. Una probabilidad remota. Si también se tienen en cuenta los premios secundarios como un segundo (1), tercero (1), cuarto (2) o quinto (8) las probabilidades aumentan, pero no mucho, pasarían a ser de 13 / 100.000, esto es 0,013%. Comparemos estas probabilidades con otras situaciones conocidas para ponerlo en perspectiva.
Lanzar una moneda y apostar a cara o cruz nos ofrece una probabilidad de ganar del 50%. En el caso de un dado estándar de seis caras donde se gana si sale un seis, las probabilidades de ganar son 1 entre 6, un 16.67%. Una probabilidad mayor que la de obtener un reintegro (1 entre 10, esto es un 10%) y 1000 mayor que obtener un premio. Al entender este simple ejemplo, la lotería se revela como una apuesta con pocas posibilidades de éxito.
Racionalidad económica
La teoría económica explica que las decisiones racionales deben tomarse en base a la relación entre los costes y los beneficios. En base a este principio jugar a la lotería no es una decisión racional. Las probabilidades de ganar son extremadamente bajas y el valor de los billetes es mucho menor que su precio, comprando todos los números solamente se recuperaría un 70% de lo invertido.
Es útil comparar la lotería con alternativas de inversión más seguras, como poner una cuenta de ahorros o inversiones a largo plazo. Las probabilidades de obtener rendimientos son considerablemente mayores, indicando que, desde una perspectiva puramente económica, existen otras opciones más lógicas y rentables.
Historias y realidad
A menudo escuchamos historias de personas que han ganado la lotería y han experimentado un cambio de vida. Sin embargo, estas historias son excepciones extremadamente raras. Es crucial diferenciar entre la anécdota ocasional y la realidad estadística.
La gran mayoría de los jugadores de lotería no ganan grandes sumas de dinero, y la inmensa mayoría ni siquiera recupera lo invertido. Los casos aislados que se publican en los medios pueden distorsionar la percepción de la realidad. La estadística nos recuerda que el éxito en la lotería es altamente improbable y que lo más probable es perder dinero.
A esta distorsión de la realidad también afecta la existencia de premios menores como los reintegros y pedreas. Obtener premios pequeños, un poco menos probables que ganar con un dado, ayuda a distorsionar la auténtica probabilidad de ganar premios importantes.
Conclusiones
Mientras que la Lotería de Navidad puede ser una tradición arraigada y comprar décimos o participaciones puede ser un evento social. Es crucial evaluar el juego desde una perspectiva estadística y económica. Las probabilidades de ganar un gran premio son realmente desfavorables, existiendo opciones más sensatas para gastar o incluso invertir el dinero. Si el juego se ve como una actividad social, mientras no se inviertan grandes sumas de dinero, no es un problema, pero aun así no se puede considerar una buena opción desde un punto de vista estadístico y financiero.
Imagen de Karl Oss Von Eeja en Pixabay
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