Una de las tecnologías que más ha avanzado en los últimos años es la inteligencia artificial (IA), alcanzado en este tiempo algunos hitos que hasta hace poco únicamente se hablaba en la ciencia ficción. Algo que es un problema ya que puede llegar a confundir la realidad con la ficción. Así, una comprensión superficial de la IA, combinada con conceptos de ciencia ficción, puede alimentar el mito de que la IA tiene o puede tener conciencia. Lo que no es cierto con la tecnología actual. En esta entrada, se intentará explicar porque la IA no tiene conciencia, analizando qué es la conciencia, explorando el estado actual de la IA y comprendiendo las diferencias entre inteligencia y conciencia.
Tabla de contenidos
La consciencia es un concepto complejo que ha sido objeto de estudio y debate en áreas tan diferentes como la filosofía, psicología y neurociencia. A día de hoy no se sabe cómo surge y no existe una definición universalmente aceptada. A pesar de ello, se puede identificar como la capacidad de un ser para experimentar estados subjetivos y obtener una percepción consciente de su entorno y de sí mismo. Algunos aspectos claves que se identifican con la conciencia son:
Aunque los conceptos de conciencia e inteligencia están relacionados entre sí, son claramente diferentes. En pocas líneas se puede definir cada uno de ellos de la siguiente manera:
Es innegable que la IA ha logrado avances notables en los últimos años. Los progresos que se han visto en el procesamiento del lenguaje natural, reconocimiento de imágenes y toma de decisiones autónoma han sido clave para una infinidad de aplicaciones recientes. Algunos de los avances más impresionantes que se ha obtenido recientemente en la IA son:
A pesar de estos avances, no existen modelos de IA con conciencia. Aunque, los modelos avanzados de lenguaje pueden llegar a confundir a muchas personas, dando la sensación de que esto tiene conciencia.
Los modelos avanzados de lenguaje, como es el caso de GPT-4, se basan en una arquitectura de transformadores generativos con la que es posible generar cadenas de texto que parecen coherentes. Para lo que tienen que ser entrenados con cantidades ingentes de textos. El objetivo de estos modelos no es otro que completar las cadenas de texto basándose para ello en los patrones que ha aprendido en los datos de entrenamiento. Algunos de las capacidades de estos modelos son:
A pesar de estas capacidades, es importante entender que modelos como GPT-4 no tienen conciencia. Simplemente completan el texto en base a los patrones que han observado en los datos de entrenamiento, sin incluir en estas experiencias subjetivas. Esto se puede ver en las siguientes secciones.
Los sistemas de IA están diseñados para procesar información, identificar patrones y generar respuestas basadas en algoritmos y datos de entrenamiento. Lo que les permite realizar predicciones generalmente acertadas en base a los patrones. Permitiendo realizar tareas que requieren cierta inteligencia, como resolver problemas matemáticos, jugar juegos o generar texto. Pero sin experiencia subjetiva. La conciencia, como se ha comentado anteriormente, implica tener una experiencia subjetiva del mundo. Un ser consciente no solo procesa la información, sino que también tiene sensaciones internas y experiencias que van más allá de los cálculos y algoritmos.
Es innegable que los sistemas de IA pueden tomar decisiones y realizar acciones de manera autónoma, pero estas acciones están limitadas por los datos y algoritmos con los que fueron entrenados. No cuentan con la capacidad de reflexionar sobre sí mismos ni de tener una autopercepción.
Los sistemas de IA buscan alcanzar los objetivos que se le han propuesto (ganar a un juego o identificar un patrón en una imagen) en base a las reglas que aprenden de los datos de entrenamiento. Pero no cuentan con intenciones propias ni deseos.
A pesar de que con la tecnología actual no se cuente con modelos de IA que muestren conciencia, es posible que en un futuro si sea posible. Siendo un tema de investigación y debate en la comunidad científica. Aunque los avances recientes en IA han sido espectaculares, la creación de una conciencia artificial plantea desafíos científicos, filosóficos y éticos complejos. Para ello se trabaja en algunas áreas de investigación como las siguientes:
Aunque la idea de una IA consciente es algo al mismo tiempo fascinante y atemorizante, es importante tener expectativas realistas. Los sistemas de IA actuales, incluidos los modelos más avanzados como GPT-4, están muy lejos de poder alcanzar la conciencia. La creación de una IA verdaderamente consciente podría estar a décadas de distancia, si es que alguna vez se logra. Para lo que posiblemente sea necesario desarrollar nuevas técnicas.
Entender que la IA no tiene conciencia es clave para comprender cuales son las capacidades y limitaciones de la tecnología actual. A pesar de los logros que se han conseguido en los últimos años, especialmente con el lanzamiento de herramientas basadas en modelos de lenguaje grande (LLM) como es el caso de Chat-GPT, no se debe confundir con una IA con conciencia. La IA puede procesar información, tomar decisiones basadas en los datos y realizar tareas complejas, pero carece de experiencias subjetivas, autoconciencia e intencionalidad propia. Lo que define la presencia de conciencia. Al comprender estas diferencias, se puede aprovechar mejor las capacidades de la IA.
En resumen, aunque la IA puede parecer cada vez más inteligente y capaz, todavía está lejos de poseer la conciencia que define a los seres humanos. La conciencia sigue siendo un dominio exclusivamente humano. Una distinción esencial para desarrollar y utilizar la IA de manera efectiva.
Imagen de Alexandra_Koch en Pixabay
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