La inteligencia artificial (IA) ha avanzado de manera impresionante en las últimas décadas, lo que ha dado lugar a una serie de mitos acerca de sus capacidades. Muchos de estos mitos son alimentados por la ciencia ficción. Entre estos mitos se encuentra el que afirma que “la IA puede entender y sentir emociones humanas”. Este mito en concreto produce cierta fascinación entre los entusiastas, debido a ser un tema recurrente en novelas y películas, y preocupación entre el público en general. En esta entrada, se analizará por qué este mito es falso y se explicarán las capacidades reales de la IA en relación con las emociones.
Tabla de contenidos
Orígenes del mito “la IA puede entender y sentir emociones humanas”
El mito de que la IA puede entender y sentir emociones humanas procede principalmente de la ciencia ficción. Películas como Her de 2013 y series como Westworld de 2016 (basada en la película del mismo título de 1973) presentan a la IA como seres capaces de experimentar y expresar emociones complejas, alimentando la idea de que las máquinas pueden desarrollar sentimientos humanos. En Her, por ejemplo, el protagonista desarrolla una relación emocional con un asistente virtual de inteligencia artificial que simula perfectamente las emociones humanas, llevando a muchos a creer que la IA puede realmente sentir.
Los avances en robótica también ayudan a la propagación y persistencia de este mito. Desarrollos recientes en robótica que permiten a los robots reconocer y responder a expresiones faciales y tonos de voz humanos, dando la impresión de una comprensión emocional por parte de los androides.
Por otro lado, los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google Assistant pueden reconocer comandos de voz y responder de manera que parece empática. Potenciados por los últimos avances en IA. Gracias a los cuales ha sido posible crear algoritmos que pueden simular empatía mediante el análisis de datos de comportamiento y el uso de técnicas de procesamiento de lenguaje natural (NLP). Estos sistemas pueden reconocer patrones en el lenguaje y las expresiones faciales que indican emociones humanas y responder de manera que parece emocionalmente adecuada. Sin embargo, es crucial entender que esta es solo una simulación y no una verdadera comprensión emocional.
Capacidades reales de la IA con las emociones
Actualmente, los sistemas de IA pueden simular respuestas emocionales y reconocerlas como una tarea más, pero sin comprender ni ser consciente de ellas.
Simulación de respuestas emocionales
La IA puede simular respuestas emocionales basadas en los patrones que ha identificado en los conjuntos de datos, pero no entiende ni siente emociones como los humanos. Al igual que puede simular un entorno físico. Los algoritmos de IA pueden analizar el lenguaje, el tono de voz y las expresiones faciales para identificar emociones y generar respuestas que parezcan apropiadas. Sin embargo, estas respuestas están preprogramadas y se basan en patrones, no en sentimientos genuinos.
Por ejemplo, un chatbot puede identificar que un usuario está molesto basándose en palabras clave y el tono del mensaje. A lo que responderá con frases como ”lamento que te sientas así” o ”entiendo tu frustración”, pero no es más que una respuesta programada para simular empatía con el usuario. En ningún caso es una respuesta emocional del chatbot.
Reconocimiento y clasificación de emociones
Una IA entrenada para ello puede reconocer y clasificar expresiones faciales, tono de voz y lenguaje corporal para identificar emociones humanas. De una manera análoga a como identifica perros o gatos en una imagen. Algo que se logra mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático que han sido entrenados con grandes conjuntos de datos previamente etiquetados. Sin embargo, el hecho de que la IA pueda reconocer estas señales no implica una comprensión emocional profunda. Simplemente reconoce los patrones en las imágenes.
Por ejemplo, un sistema de IA en un coche autónomo puede identificar que un conductor está distraído o somnoliento basándose en el análisis de su expresión facial y movimientos oculares. Pudiendo tomar medidas para alertar al conductor. Esto no significa que el coche ”entienda” el estado o la situación del conductor de la misma manera que lo haría un ser humano.
Limitaciones fundamentales de la IA
La IA es un programa informático que no tiene consciencia ni experiencias subjetivas. Lo que significa que no puede sentir emociones. Las emociones humanas son el resultado de procesos neurobiológicos y experiencias subjetivas que la IA no puede replicar. Aunque los algoritmos de IA pueden simular respuestas emocionales, estas son el resultado de reglas preprogramadas, no de sentimientos genuinos. Como se ha visto previamente, los chatbot suelen estar programados para responder de forma empática cuando detectan un sentimiento en el lenguaje del usuario, pero sin comprender los problemas o preocupaciones de este.
Debido a que las respuestas emocionales de la IA están preprogramadas, la IA puede imitar respuestas emocionales solo de una forma limitada. Responder de manera empática en casos análogos a los usados para su entrenamiento. Por eso la calidad y la cantidad de los datos de entrenamiento son cruciales para la simulación de los sentimientos, al igual que cuando se entrena para otras tareas.
Aplicaciones de la IA que implica la interacción con emociones
Las aplicaciones más habituales donde las IA deben interactuar con las emociones humanas son los asistentes virtuales y los sistemas de atención al cliente.
Asistentes virtuales
Los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google Assistant están diseñados para interactuar con los usuarios de manera empática. Simulando que comprenden las preocupaciones y necesidades de los usuarios. Estos sistemas utilizan técnicas de procesamiento de lenguaje natural para analizar el tono y el contenido del lenguaje y generar las respuestas adecuadas.
Por ejemplo, cuando un usuario le dice a su asistente virtual algo como ”¡He tenido un mal día!”, el asistente puede responder con frases como ”Lamento escuchar eso. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?” Lo que puede parecer una respuesta emocionalmente inteligente, pero es simplemente algo preprogramado.
Sistemas de atención al cliente
Los sistemas de atención al cliente basados en IA utilizan algoritmos de reconocimiento de emociones para identificar y responder a las emociones de los clientes. Respondiendo de manera diferente cuando detecta enfado, frustración o preocupación. Para, de este modo, mejorar la experiencia del cliente al proporcionar respuestas más personalizadas y empáticas.
Por ejemplo, un chatbot de atención al cliente puede detectar que un cliente está frustrado por el tono de sus mensajes y ajustar su respuesta para calmar la situación, ofreciendo soluciones rápidas y disculpas. Al igual que los asistentes virtuales, aunque esta respuesta puede parecer emocionalmente inteligente, sigue siendo una simulación basada en los patrones intensificados en los datos.
Conclusiones
El mito de que “la IA puede entender y sentir emociones humanas” es consecuencia de las obras de ciencia ficción. Además de unas expectativas exageradas sobre las capacidades de la tecnología. Lo que hace en realidad la IA es simular respuestas emocionales basadas en los datos de entrenamiento, pero no tiene la capacidad de entender o experimentar emociones como los humanos. Las emociones humanas están basadas en procesos neurobiológicos que la IA no puede replicar.
Aunque la IA puede reconocer y responder a las emociones humanas, estas respuestas no son más que simulaciones basadas en datos y no en sentimientos genuinos. Los asistentes virtuales puede producir respuestas que parecen empáticas, pero sin entender ni comprender las emociones.
Imagen de Alexandra_Koch en Pixabay
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