
Para evaluar el rendimiento de los fondos de inversión o ETFs existen múltiples estadísticas que permiten analizar no solo la rentabilidad bruta de la inversión, sino también el nivel de riesgo y su relación con el mercado. Gracias a estas métricas, los inversores pueden determinar si una inversión se ajusta a sus objetivos. Por ello, saber cómo interpretar estas estadísticas es clave antes de tomar decisiones de inversión.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas medidas se basan en datos históricos y no garantizan que el comportamiento futuro de un fondo o ETF sea el mismo que en el pasado. Un fondo con una alta rentabilidad y bajo riesgo en el pasado podría no mantener esas características en el futuro. A pesar de ello, estas métricas siguen siendo herramientas imprescindibles para comparar distintas opciones y tomar decisiones fundamentadas en base a los datos.
Además, estas estadísticas pueden ayudar a evaluar si un fondo de gestión activa es una mejor opción frente a un fondo indexado con menores costes. Los fondos indexados buscan replicar un índice de referencia, como el S&P 500, el EuroStoxx 50 o el MSCI World, por lo que sus rendimientos deberían ser muy similares a los del índice de referencia, salvo ligeras desviaciones debido a los costes de gestión y errores en el seguimiento. En cambio, los fondos de gestión activa intentan superar el rendimiento del mercado mediante la selección de activos y estrategias específicas. Esto implica un mayor coste de gestión, pero también la posibilidad de obtener rentabilidades superiores o menores niveles de volatilidad si el gestor logra batir al mercado de forma sistemática, algo que no es habitual.

En esta entrada se explicarán las principales estadísticas utilizadas en el análisis de fondos de inversión y ETFs, incluyendo sus fórmulas matemáticas y su interpretación. También se abordará qué se puede esperar de estas métricas en un fondo indexado y en uno de gestión activa.
Tabla de contenidos
Rentabilidad
La rentabilidad mide el rendimiento de un fondo en un periodo determinado, generalmente un año. Normalmente se expresa como un porcentaje y se calcula mediante la siguiente fórmula: R = \frac{V_f - V_i}{V_i} \times 100, donde:
- R es la rentabilidad,
- V_f es el valor final de la inversión,
- V_i es el valor inicial de la inversión.
Si se consideran los dividendos reinvertidos, se habla de “rentabilidad total” (total return), lo cual es especialmente relevante en fondos que reparten dividendos.
Interpretación
Una mayor rentabilidad indica un mejor desempeño pasado del fondo o ETF. No obstante, una alta rentabilidad también puede estar asociada a un mayor riesgo. Por esta razón, la rentabilidad debe analizarse en conjunto con otras métricas, como la volatilidad y el ratio de Sharpe.
Rentabilidad en fondos indexados y de gestión activa
En un fondo indexado, la rentabilidad debería ser muy similar a la del índice de referencia, con una pequeña desviación debido a las comisiones de gestión y ligeros errores de seguimiento. Por ejemplo, si el S&P 500 obtiene un 8% en un año, lo normal es que un fondo indexado tenga una rentabilidad ligeramente inferior, como un 7,6%, debido a las comisiones.
Por otro lado, en los fondos de gestión activa, el gestor busca obtener una rentabilidad superior a la del mercado mediante la selección de activos y estrategias específicas. Sin embargo, la mayoría de los gestores no logran superar al mercado de forma sistemática, y muchos fondos activos terminan obteniendo una rentabilidad inferior a la de sus índices de referencia debido a las comisiones más altas y la dificultad de batir al mercado.
Volatilidad
La volatilidad mide la variabilidad de los rendimientos de un fondo a lo largo del tiempo y es un indicador clave del riesgo asociado. Se calcula a partir de la desviación estándar de los rendimientos: \sigma = \sqrt{\frac{1}{n} \sum_{i=1}^{n} (R_i - \bar{R})^2}, donde:
- \sigma es la volatilidad,
- R_i es la rentabilidad en el período (i),
- \bar{R} es la rentabilidad media,
- n es el número de períodos.
Interpretación
Una volatilidad alta indica que los rendimientos del fondo han fluctuado significativamente, lo que implica un mayor nivel de riesgo. En cambio, una volatilidad baja sugiere un comportamiento más estable a lo largo del tiempo.
Volatilidad en fondos indexados y de gestión activa
En un fondo indexado, la volatilidad suele estar alineada con la del índice de referencia. Por ejemplo, un fondo que replica el S&P 500 tendrá una volatilidad similar a la del propio índice.
En un fondo de gestión activa, la volatilidad puede ser mayor o menor que la del mercado dependiendo de la estrategia adoptada. Algunos fondos activos buscan reducir la volatilidad mediante estrategias defensivas, mientras que otros pueden asumir más riesgo en busca de mayores rentabilidades.
Máxima caída (Drawdown)
La máxima caída o drawdown mide la mayor pérdida sufrida por un fondo en un período determinado. Se define como: \text{Máxima caída} = \frac{V_{\text{máx}} - V_{\text{mín}}}{V_{\text{máx}}} \times 100, donde:
- V_{\text{máx}} es el valor máximo alcanzado antes de la caída,
- V_{\text{mín}} es el valor mínimo registrado tras V_{\text{máx}}.
Interpretación
El drawdown refleja el impacto de una caída pronunciada en el valor del fondo. Un menor drawdown indica que el fondo ha sido menos propenso a caídas bruscas, mientras que un drawdown elevado puede ser un indicador de alto riesgo.
Esta métrica está estrechamente relacionada con la volatilidad, ya que ambas reflejan el nivel de fluctuación del fondo, aunque el drawdown se centra específicamente en las pérdidas máximas experimentadas en un período.
Máxima caída en fondos indexados y de gestión activa
En los fondos indexados, la máxima caída suele corresponder a la del índice de referencia. Por ejemplo, si el S&P 500 sufre una corrección del 20 %, un fondo indexado a este índice experimentará un drawdown similar.
En los fondos de gestión activa, la máxima caída dependerá de la estrategia del gestor. Algunos fondos activos pueden experimentar drawdowns menores si implementan estrategias defensivas, mientras que otros, con un enfoque más agresivo, podrían registrar caídas mayores en períodos de alta volatilidad.
Beta
El beta mide la sensibilidad de un fondo en relación con el mercado. Se calcula como: \beta = \frac{\text{Cov}(R_f, R_m)}{\text{Var}(R_m)}, donde:
- R_f es la rentabilidad del fondo,
- R_m es la rentabilidad del mercado,
- \text{Cov}(R_f, R_m) es la covarianza entre el fondo y el mercado,
- \text{Var}(R_m) es la varianza de la rentabilidad del mercado.
Interpretación
En base a la definición, el beta se interpreta de la siguiente manera:
- \beta = 1: El fondo se mueve en línea con el mercado.
- \beta > 1: El fondo es más volátil que el mercado, amplificando sus movimientos.
- \beta < 1: El fondo es menos volátil que el mercado, mostrando menor sensibilidad a sus fluctuaciones.
Las estrategias de inversión influyen en el beta: los fondos defensivos suelen tener \beta \lt 1, mientras que los fondos agresivos buscan \beta > 1 para maximizar la rentabilidad en mercados alcistas.
Beta en fondos indexados y de gestión activa
Dado que los fondos indexados replican el comportamiento del mercado, su beta debería ser aproximadamente 1. En cambio, en los fondos de gestión activa, el beta dependerá de la estrategia del gestor.
- Estrategias defensivas: \beta < 1, lo que implica menor riesgo y menor volatilidad en comparación con el mercado.
- Estrategias agresivas: \beta > 1, lo que sugiere mayor riesgo y posibles rentabilidades más altas (o pérdidas mayores) en mercados volátiles.
Alpha
El alpha mide el exceso de rentabilidad de un fondo en comparación con su índice de referencia, después de ajustar por el riesgo asumido. Se calcula como: \alpha = R_f - \left( R_l + \beta (R_m - R_l) \right), donde:
- R_f es la rentabilidad del fondo,
- R_l es la rentabilidad libre de riesgo,
- R_m es la rentabilidad del mercado,
- beta es el beta del fondo.
Interpretación
Un alpha positivo indica que el fondo ha superado a su índice de referencia tras ajustar por el riesgo, mientras que un alpha negativo sugiere un desempeño inferior al del mercado.
- \alpha > 0: El fondo ha generado un rendimiento superior al esperado según su nivel de riesgo.
- \alpha < 0: El fondo ha tenido un desempeño peor de lo esperado en función de su riesgo.
Alpha en fondos indexados y de gestión activa
Por definición, el alpha de un fondo indexado es aproximadamente 0, ya que su rentabilidad debería ser la misma que la del mercado (R_f = R_m), al igual que la beta. Sin embargo, en la práctica, suele ser ligeramente inferior debido a las comisiones de gestión.
Los fondos de gestión activa buscan generar un alpha positivo, lo que indicaría que el gestor ha superado al mercado. Sin embargo, muchos gestores no logran hacerlo de manera consistente. Un alpha negativo implica que el fondo ha tenido un rendimiento inferior al del mercado, lo que puede hacer que las comisiones de gestión no se justifiquen.
Ratio de Sharpe
El Ratio de Sharpe mide la rentabilidad ajustada por riesgo de un fondo, proporcionando una métrica clave para evaluar si la rentabilidad obtenida compensa el riesgo asumido. Se calcula como: S = \frac{R_f - R_l}{\sigma_f}, donde:
- S es el ratio de Sharpe,
- R_f es la rentabilidad del fondo,
- R_l es la rentabilidad libre de riesgo (por ejemplo, la de los bonos del gobierno),
- \sigma_f es la volatilidad total del fondo (desviación estándar de sus rentabilidades).
Interpretación
El Ratio de Sharpe permite comparar distintos fondos o estrategias de inversión en función del riesgo asumido. Su interpretación general es la siguiente:
- S < 1: Rentabilidad insuficiente en relación con el riesgo asumido.
- S \approx 1: Rentabilidad razonable para el riesgo tomado.
- S > 1.5: Rentabilidad atractiva en relación con el riesgo.
- S > 2: Excelente relación rentabilidad-riesgo.
Un Sharpe alto indica que el fondo ha logrado una rentabilidad superior con una volatilidad controlada, mientras que un Sharpe bajo sugiere que el riesgo asumido no se ha traducido en una rentabilidad atractiva.
Ratio de Sharpe en fondos indexados y de gestión activa
A diferencia del alpha y el beta, el Ratio de Sharpe no tiene un valor estándar para fondos indexados, ya que depende del rendimiento histórico del mercado y del riesgo libre de inversión. No obstante:
- Fondos indexados: Su Ratio de Sharpe depende de la rentabilidad del índice que replican y la volatilidad de dicho mercado. Suelen tener valores moderados, ya que reflejan el comportamiento general del mercado.
- Fondos de gestión activa: Buscan obtener un Ratio de Sharpe superior a los fondos pasivos, justificando así su gestión activa. Sin embargo, muchas veces no logran superar a los fondos indexados después de las comisiones.
Ratio de Sortino
El Ratio de Sortino es una variante del Ratio de Sharpe que mide la rentabilidad ajustada por riesgo, pero solo considera la volatilidad negativa (caídas en la rentabilidad). Su fórmula es: S_s = \frac{R_f - R_l}{\sigma_d}, donde:
- S_s es el Ratio de Sortino,
- R_f es la rentabilidad del fondo,
- R_l es la rentabilidad libre de riesgo,
- \sigma_d es la desviación estándar de los rendimientos negativos.
Interpretación
El Ratio de Sortino es especialmente útil para inversores que buscan minimizar las caídas del capital, ya que ignora la volatilidad positiva (subidas). Su interpretación es similar a la del Ratio de Sharpe:
- Sortino bajo (\lt1): El riesgo de pérdidas no ha sido compensado por la rentabilidad obtenida.
- Sortino moderado (1 - 1.5): Relación riesgo-rentabilidad aceptable.
- Sortino alto (\gt1.5): Rentabilidad atractiva con caídas controladas.
Dado que este ratio sólo considera la volatilidad negativa, un Sortino alto sugiere que el fondo ha obtenido buenos rendimientos con pocas caídas significativas.
Ratio de Sortino en fondos indexados y de gestión activa
Al igual que el Ratio de Sharpe, el Ratio de Sortino no tiene un valor estándar para la gestión pasiva. Sin embargo, su análisis es útil para entender cómo se comporta un fondo en momentos de crisis o alta volatilidad:
- Fondos indexados: Su Ratio de Sortino refleja la estabilidad del mercado que replican. En mercados alcistas, puede ser alto, mientras que en mercados bajistas suele disminuir debido a la mayor cantidad de caídas.
- Fondos de gestión activa: Un Ratio de Sortino alto en un fondo activo indica que el gestor ha logrado evitar pérdidas significativas, lo que puede justificar su estrategia. Fondos con estrategias defensivas suelen buscar maximizar este ratio.
El Ratio de Sortino es especialmente útil en fondos de renta variable con estrategias de protección del capital, ya que ayuda a distinguir entre fondos que generan rentabilidad con menor riesgo a la baja.
Aquí tienes la versión mejorada, con correcciones gramaticales y una redacción más clara y fluida:
¿Cuáles son las estadísticas en las que nos deberíamos fijar?
Al analizar un fondo de inversión, muchos inversores se centran únicamente en su rentabilidad histórica. Sin embargo, este dato por sí solo puede ser engañoso, ya que no refleja el nivel de riesgo asumido para obtener esa rentabilidad. Por lo que la opción escogida puede no estar alineada con los intereses del inversor, especialmente en el caso de perfiles más conservadores.
Para tomar decisiones con un mayor fundamento, es recomendable analizar estadísticas que midan la relación entre rentabilidad y riesgo, tales como:
- Ratio de Sharpe: Evalúa si la rentabilidad obtenida compensa el riesgo total asumido.
- Ratio de Sortino: Variante del Ratio de Sharpe que solo tiene en cuenta la volatilidad negativa, es decir, las caídas del fondo.
- Alpha: Mide el rendimiento adicional de un fondo respecto a su índice de referencia, reflejando la habilidad del gestor para generar valor.
- Beta: Indica la sensibilidad del fondo a los movimientos del mercado. Un beta alto implica mayor riesgo en mercados bajistas, pero también un mayor potencial de rentabilidad en mercados alcistas.
Estos indicadores permiten comparar distintos fondos y estrategias en igualdad de condiciones, ayudando a identificar las opciones teniendo en cuenta la relación existente entre rentabilidad y riesgo.
Conclusiones
Evaluar un fondo de inversión o ETF únicamente por su rentabilidad histórica puede llevar a decisiones erróneas, ya que no tiene en cuenta el riesgo asumido para lograr ese rendimiento.
Es fundamental considerar métricas como el Ratio de Sharpe y el Ratio de Sortino, que permiten valorar si la rentabilidad obtenida ha sido adecuada en relación con el riesgo asumido. Del mismo modo, indicadores como el alpha y el beta ayudan a entender el comportamiento del fondo frente al mercado y su capacidad para generar valor adicional.
En definitiva, un análisis completo de estas estadísticas permite tomar decisiones más racionales y alineadas con el perfil de riesgo de cada inversor, maximizando las probabilidades de obtener un rendimiento ajustado a las expectativas.
Nota: La imagen de este artículo fue generada utilizando un modelo de inteligencia artificial.
Deja una respuesta